Una de las mayores y más peligrosas tergiversaciones que se presentan al aplicar la TdC en el diseño de proyectos de desarrollo es pensar ingenuamente que se puede prescindir de los diagnósticos estructurados del contexto en el que se va a intervenir. Al implementar los talleres participativos de elaboración de las propuestas, algunos facilitadores inician el proceso con la construcción de la Visión de Éxito, motivando a los y las participantes a proyectar en dicha elaboración conjunta sus anhelos, intereses y expectativas, arribando generalmente una formulación futurista de consenso. Y de manera automática se asume que esta visión de desarrollo contendrá, de manera implícita, el conocimiento de las potencialidades y limitaciones de los y las protagonistas del proceso de desarrollo, así como los factores condicionantes del contexto. Sin embargo, el análisis explícito del entorno y de las dinámicas de los actores involucrados debe ser un componente previo indispensable, un ineludible requisito para diseñar una visión de futuro y una correspondiente cadena causal realista y sustentada.
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