lunes, 5 de septiembre de 2016

Profundizando en las diferencias entre los Enfoques de Marco Lógico y Teoría del Cambio

Surgidos de una matriz común, la Teoría de Programa, el Enfoque de Marco Lógico (EML)  y la Teoría del Cambio (ToC) presentan importantes diferencias. La primera está relacionada con la temporalidad de la intervención. Mientras que el EML está adaptado para intervenciones de corto y mediano plazo (lógica de proyectos), desde la ToC se pueden gestionar de manera más adecuada intervenciones de mediano y largo plazo (lógica de programas e institucional). La razón de esta diferencia radica en la complejidad de ambos tipos de intervención. Y este fundamento está muy relacionado con una segunda diferencia, esta vez relacionada con la direccionalidad. Mientras que el EML trabaja intervenciones unidireccionales, es decir, respuestas a problemas detectados a partir de la priorización de una sola línea causal y un entramado plano de relaciones causa – efecto, generalmente trabajadas desde los árboles de problemas, la ToC fundamenta su intervención en análisis más complejos, multidireccionales, utilizando instrumentos de análisis menos simplistas, más realistas y mejor adaptados a la compleja realidad del contexto. En ellos no se contempla una sola línea prioritaria de análisis sino un entramado, bajo formato de red, de posibles y necesarias líneas de intervención interconectadas.




Es por esta razón que el EML es poco flexible ante cambios de entorno y secuencias temporales. En tal sentido, posee una perspectiva sincrónica de intervención, mientras que la ToC trabaja desde una perspectiva diacrónica de intervención. De allí que el interés principal del EML sea dar cuenta del proceso y, en última instancia, de los efectos de la intervención, a diferencia de la ToC que, además de dar cuenta de los procesos, pone mayor énfasis en los efectos e impactos de la intervención, en los cambios estructurales propiciados mediante la intervención.

Esta diferencia en el EML también da origen al llamado “vacío intermedio”, es decir, la poca claridad sobre la forma exacta en la que los efectos alcanzados en un proyecto contribuirán a la generación de los impactos, es decir, la dinámica de la atribución. La ToC expresa de manera más precisa esa dinámica, contribuyendo a la reducción de ese "vacío intermedio" tan presente en el EML.

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